El consumo de vapeadores entre estudiantes ha generado alarma en Costa Rica, con un preocupante incremento en los casos atendidos por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). En lo que va del 2024, la CCSS ha registrado cerca de 3.500 casos de trastornos vinculados al vapeo, lo que equivale a aproximadamente 300 casos por mes, más de 70 por semana y cerca de 10 por día.

Estos datos coinciden con la Encuesta Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población de Estudiantes de Educación Secundaria, elaborada por el Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), la cual revela que el uso de vapeadores entre alumnos se ha triplicado en los últimos años, comenzando incluso desde los 12 años de edad.

Ante esta problemática, el Ministerio de Educación Pública (MEP) ha indicado que los reportes sobre estudiantes vapeando en centros educativos comenzaron a registrarse en 2023. Dependiendo de la falta y el reglamento interno de cada institución, los alumnos pueden enfrentar distintas sanciones, que van desde la rebaja de puntos hasta suspensiones de hasta 15 días, según la subdirectora de Vida Estudiantil del MEP, Gloria Calvo.

Más allá de las sanciones, estas cifras reflejan un problema de salud pública que requiere una acción coordinada entre las autoridades educativas, el sistema de salud y la sociedad en general para proteger el bienestar de los jóvenes y generar conciencia sobre los riesgos del vapeo.