El candidato presidencial del Partido Liberación Nacional (PLN), Álvaro Ramos, aseguró que su campaña no tendrá espacio para algunos de los rostros más conocidos del partido, entre ellos los expresidentes Óscar Arias y José María Figueres, así como los excandidatos Johnny Araya y Antonio Álvarez Desanti.
Ramos respondió con firmeza ante las críticas que ha recibido por la falta de quórum en la Asamblea General del cantón de San Ramón, que ha fracasado en repetidas ocasiones. Asegura que su proyecto representa un quiebre con las “viejas prácticas” y que no permitirá injerencias de figuras que —según él— ya deberían haberse hecho a un lado.
«Los enemigos del PLN son quienes quieren mantener las mañas de siempre. Ni los Arias ni los Figueres han estado en mi campaña, y tampoco serán parte de mi gobierno», sentenció.
En cuanto a señalamientos por presunto nepotismo hacia el secretario general del partido, Miguel Guillén, Ramos negó que exista interés en postularlo a una diputación. “Ni siquiera está en la papeleta”, dijo.

Respuesta desde las filas liberacionistas
Antonio Álvarez Desanti reaccionó a los comentarios calificándolos como «poco presidenciales». A su juicio, el candidato debería enfocarse en resolver los conflictos internos del partido en lugar de atacar a quienes lo cuestionan.
“Si no puede resolver un asunto interno en un cantón, ¿cómo va a enfrentar los grandes retos del país?”, advirtió, haciendo un llamado a los liberacionistas a exigir un cambio de rumbo.
Por su parte, la exdiputada Franggi Nicolás negó tener aspiraciones a una curul, asegurando que su participación se limita a funciones internas del partido como asambleísta nacional. “No tengo ninguna intención de volver al Congreso”, enfatizó.
Finalmente, Ramos también mencionó que le ha comunicado a su propio padre, el diputado Francisco Nicolás, que en Puntarenas se buscan nuevos perfiles para evitar prácticas de nepotismo.