Dr. Carlos Báez Marín enfrentaba una nueva denuncia por agresión sexual. Autoridades no descartan suicidio.

La comunidad médica y la sociedad puertorriqueña están consternadas tras el hallazgo del cuerpo sin vida del ginecólogo Carlos René Báez Marín, de 63 años, quien fue encontrado el pasado 22 de julio en su oficina ubicada dentro del Doctors’ Center Hospital en el municipio de Manatí.

El médico se encontraba bajo investigación por una nueva denuncia de presunta agresión sexual, y su muerte ha generado una oleada de cuestionamientos sobre los mecanismos de control y supervisión del ejercicio médico en Puerto Rico.

Hallazgo en circunstancias sospechosas

De acuerdo con el Servicio de Policía de Puerto Rico, el cuerpo fue descubierto por personal de enfermería, envuelto en bolsas plásticas, y con un arma de fuego en la escena. El doctor no contaba con autorización vigente para portar armas, lo que añade complejidad a la investigación. Hasta el momento, el Instituto de Ciencias Forenses no ha confirmado la causa oficial de la muerte, pero no se descarta un posible suicidio.

Antecedentes penales en EE. UU. y cuestionamientos al sistema

Uno de los aspectos más controversiales del caso es que Báez Marín continuaba ejerciendo la medicina pese a tener antecedentes penales por delitos sexuales cometidos en Estados Unidos. En 2003, fue condenado en el estado de Florida a 14 meses de prisión y un año de libertad supervisada por agresión sexual, además de ser inscrito en el registro de ofensores sexuales.

Según el medio especializado Prison Legal News, los hechos por los que fue condenado ocurrieron entre noviembre de 2002 y enero de 2003, cuando el doctor atendía a pacientes en el Centro Médico Federal de Carswell, Texas. Aunque su licencia médica fue suspendida temporalmente, fue restituida apenas un año después, permitiéndole volver a ejercer en Puerto Rico, lo que ha generado fuertes críticas hacia los mecanismos éticos y administrativos del sistema médico de la isla.

Una nueva denuncia y una citación pendiente

Las autoridades confirmaron que el ginecólogo tenía una citación pendiente con la División de Delitos Sexuales del CIC en Arecibo, tras una denuncia presentada por una paciente que lo acusaba de agresión sexual. La comparecencia estaba programada para el 30 de julio, sin embargo, Báez Marín fue hallado muerto días antes de la audiencia.

Este nuevo señalamiento reavivó el debate sobre la reincidencia de conductas sexuales indebidas en el gremio médico y los vacíos legales que permiten que profesionales previamente condenados retomen su práctica sin restricciones eficaces.

Reacciones institucionales y llamado a reformas urgentes

Tanto el Colegio de Médicos Cirujanos como el Departamento de Salud de Puerto Rico han manifestado su disposición a colaborar con la investigación. Paralelamente, diversas voces del sector salud y derechos humanos exigen reformas profundas en los procesos de evaluación ética, así como mecanismos más rigurosos para garantizar la protección de los pacientes.

Expertos en salud mental y ética profesional han instado a implementar evaluaciones psicológicas periódicas a médicos que enfrenten procesos legales o atraviesen situaciones emocionales críticas. Además, se plantea la necesidad de fomentar una cultura de denuncia segura y sin represalias dentro de los entornos clínicos.