Autoridades advierten sobre posibles efectos de tsunami en 14 cantones del Pacífico. Se recomienda evitar actividades acuáticas y mantener vigilancia constante.
El territorio costarricense se encuentra bajo alerta amarilla en sus zonas costeras del Pacífico, tras la ocurrencia de un potente terremoto en Rusia que generó actividad sísmica submarina con potencial de producir alteraciones en el comportamiento del mar.
La alerta, emitida por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), abarca 14 cantones costeros, donde se prevé un aumento progresivo en la intensidad del oleaje, remolinos y variaciones anómalas en el nivel del mar. Se espera que los primeros efectos comiencen a percibirse a partir de las 7:30 a.m. y continúen durante la mañana, con posibilidad de extenderse hasta horas de la tarde.
Según el Sistema Nacional de Monitoreo de Tsunamis (Sinamot), el fenómeno podría generar condiciones similares a las registradas en enero de 2022, tras la erupción volcánica en Tonga.
“Desde ayer por la tarde, cuando ocurrió el sismo, hemos estado en constante monitoreo. La información recopilada hasta el momento sugiere un comportamiento inusual del mar, con similitudes a lo vivido en 2022”, explicó la oceanógrafa Silvia Chacón, del Sinamot.
Ante este escenario, se hace un llamado urgente a la ciudadanía y visitantes a suspender cualquier actividad acuática, incluyendo natación, surf y navegación en embarcaciones menores. Las autoridades insisten en que se mantenga la vigilancia en costas y se evite ingresar al mar.
Las zonas con mayor probabilidad de afectación incluyen la península de Santa Elena, isla del Coco, Quepos, Camotalapa y la península de Osa. En el caso de Caldera, ya se han reportado variaciones en el nivel del agua, aunque por el momento se mantiene un comportamiento estable.
La CNE y el Sinamot continuarán con el monitoreo permanente de la situación y brindarán actualizaciones conforme se disponga de nueva información.