Así reaccionaron las autoridades

Lo que parecía ser una escena más de solicitud de ayuda en una transitada vía de Escazú terminó en un hallazgo alarmante: una mujer utilizaba un bebé prestado para pedir dinero a los conductores, según confirmó la Policía Municipal tras intervenir en el sitio.

El operativo tuvo lugar el pasado miércoles, en las inmediaciones del centro comercial La Paco, en San Rafael de Escazú, donde oficiales municipales realizaban un monitoreo especial tras recibir denuncias por comportamientos agresivos de personas dedicadas a la mendicidad.

Monitoreo reveló situación preocupante

Según explicó José Rodolfo Ibarra, vocero policial, las cámaras del centro de monitoreo captaron una acalorada discusión entre dos mujeres, ambas cargando niños pequeños. La escena llamó la atención de los oficiales, quienes decidieron intervenir de inmediato.

Al llegar, constataron que se trataba de dos ciudadanas venezolanas que pedían dinero a los automovilistas. Mientras se desarrollaba la atención del caso, regresó al sitio un hombre que había sido retirado previamente por la Fuerza Pública por denuncias de agresividad.

Lo más alarmante ocurrió cuando aparecieron en el lugar los presuntos padres biológicos de uno de los menores, quienes afirmaron que su hijo estaba siendo utilizado sin su consentimiento para solicitar dinero.

¿Qué dice la ley?

Aunque mendigar como tal no constituye un delito en Costa Rica, el uso indebido de menores sí representa una grave preocupación. En este caso, si se logra demostrar que hubo engaño —como suplantar identidades o inventar historias falsas— podría configurarse el delito de estafa.

Ibarra insistió en la importancia de formalizar denuncias para que las autoridades puedan actuar con mayor firmeza.

«La mendicidad por sí misma no es delito, pero la estafa sí. Es vital que la ciudadanía esté alerta y valore bien antes de ofrecer ayudas, porque esta práctica puede poner en riesgo a los propios menores», destacó.

Acciones inmediatas

La Policía Municipal procedió con el levantamiento de un parte oficial, tomando los datos de todos los involucrados, incluidos los presuntos padres legítimos del bebé. Asimismo, reiteraron su política de apoyo humanitario a personas migrantes, pero advirtieron que no se tolerarán prácticas que pongan en peligro a terceros.

Las autoridades mantienen actualmente bajo vigilancia esta modalidad de pedir dinero utilizando menores, una práctica que, según han detectado, comienza a expandirse en otros sectores de Escazú y cantones aledaños.

Escazú, Costa Rica. Lo que parecía ser una escena más de solicitud de ayuda en una transitada vía de Escazú terminó en un hallazgo alarmante: una mujer utilizaba un bebé prestado para pedir dinero a los conductores, según confirmó la Policía Municipal tras intervenir en el sitio.

El operativo tuvo lugar el pasado miércoles, en las inmediaciones del centro comercial La Paco, en San Rafael de Escazú, donde oficiales municipales realizaban un monitoreo especial tras recibir denuncias por comportamientos agresivos de personas dedicadas a la mendicidad.

Monitoreo reveló situación preocupante

Según explicó José Rodolfo Ibarra, vocero policial, las cámaras del centro de monitoreo captaron una acalorada discusión entre dos mujeres, ambas cargando niños pequeños. La escena llamó la atención de los oficiales, quienes decidieron intervenir de inmediato.

Al llegar, constataron que se trataba de dos ciudadanas venezolanas que pedían dinero a los automovilistas. Mientras se desarrollaba la atención del caso, regresó al sitio un hombre que había sido retirado previamente por la Fuerza Pública por denuncias de agresividad.

Lo más alarmante ocurrió cuando aparecieron en el lugar los presuntos padres biológicos de uno de los menores, quienes afirmaron que su hijo estaba siendo utilizado sin su consentimiento para solicitar dinero.

¿Qué dice la ley?

Aunque mendigar como tal no constituye un delito en Costa Rica, el uso indebido de menores sí representa una grave preocupación. En este caso, si se logra demostrar que hubo engaño —como suplantar identidades o inventar historias falsas— podría configurarse el delito de estafa.

Ibarra insistió en la importancia de formalizar denuncias para que las autoridades puedan actuar con mayor firmeza.

«La mendicidad por sí misma no es delito, pero la estafa sí. Es vital que la ciudadanía esté alerta y valore bien antes de ofrecer ayudas, porque esta práctica puede poner en riesgo a los propios menores», destacó.

Acciones inmediatas

La Policía Municipal procedió con el levantamiento de un parte oficial, tomando los datos de todos los involucrados, incluidos los presuntos padres legítimos del bebé. Asimismo, reiteraron su política de apoyo humanitario a personas migrantes, pero advirtieron que no se tolerarán prácticas que pongan en peligro a terceros.

Las autoridades mantienen actualmente bajo vigilancia esta modalidad de pedir dinero utilizando menores, una práctica que, según han detectado, comienza a expandirse en otros sectores de Escazú y cantones aledaños.