Una de las cinco capibaras rescatadas recientemente en un operativo contra el tráfico ilegal de fauna silvestre en Orotina falleció este fin de semana, según confirmó el Rescate Wildlife Rescue Center, anteriormente conocido como Zooave.

El animal, el más joven y pequeño del grupo, no logró sobrevivir debido al grave deterioro físico causado por una prolongada falta de alimentación y las pésimas condiciones en que era mantenido.


Llegó en estado crítico

La doctora Isabel Hagnauer, vocera y veterinaria del centro de rescate, detalló que la capibara presentaba signos severos de desnutrición:

“No tenía contenido gastrointestinal y se detectó una gran acumulación de gases, lo que indica un ayuno prolongado. Su fallecimiento refleja el devastador impacto del comercio ilegal de fauna silvestre”, expresó Hagnauer.


Las sobrevivientes siguen en estado delicado

Las otras cuatro capibaras permanecen bajo cuarentena y atención médica especializada. Todas presentan signos de:

  • Desnutrición severa
  • Estrés agudo
  • Posibles daños en el sistema inmunológico
  • Una de ellas también sufre una lesión en una pata trasera

Los especialistas continúan con pruebas para descartar enfermedades no visibles a simple vista, pero alertan que el estado de los animales sigue siendo delicado.


Una industria ilegal y letal

Aunque no se han revelado todos los detalles del operativo, se presume que los animales serían vendidos como mascotas exóticas, práctica prohibida por la legislación costarricense. Esta actividad persiste debido a:

  • La creciente demanda en redes sociales
  • El desconocimiento legal y ético de los compradores

El tráfico de fauna silvestre se considera uno de los cuatro delitos ambientales más lucrativos del mundo, solo por debajo del narcotráfico, la trata de personas y el contrabando de armas.

“Mientras haya personas dispuestas a comprar animales silvestres como mascotas, este mercado ilegal continuará. Es una cadena de sufrimiento que comienza en la selva y termina, muchas veces, en tragedias como esta”, advirtieron desde el centro de rescate.


Un nuevo hogar en el antiguo recinto de Kivú

Como parte del proceso de recuperación, las cuatro capibaras sobrevivientes fueron trasladadas a un espacio más amplio y silencioso, el mismo que en su momento albergó al recordado león Kivú, símbolo nacional de la lucha por la fauna silvestre.

Allí reciben una dieta especializada, monitoreo constante y un ambiente propicio para su rehabilitación.


Este caso vuelve a poner en evidencia la urgencia de reforzar la educación ambiental, la fiscalización y las sanciones contra el comercio ilegal de especies silvestres, una amenaza directa a la biodiversidad y al bienestar animal.