Audrey Crews se convierte en la primera mujer en controlar una computadora con la mente mediante un chip de la empresa de Elon Musk.
Lo que hace apenas unos años parecía ciencia ficción, hoy es una realidad tangible. Audrey Crews, una mujer estadounidense con parálisis total, se ha convertido en la primera mujer del mundo en utilizar un implante cerebral de Neuralink para controlar una computadora únicamente con el pensamiento.
A los 16 años, Audrey sufrió un accidente automovilístico que le provocó una lesión grave en las vértebras C4 y C5 de la columna cervical, dejándola completamente cuadripléjica. Hoy, a sus 35 años, ha recuperado una parte crucial de su independencia gracias a una innovadora interfaz cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés) desarrollada por Neuralink, la empresa de neurotecnología fundada por Elon Musk.
“Me realizaron una cirugía cerebral. Perforaron mi cráneo y colocaron 128 hilos en mi corteza motora. El chip tiene el tamaño de una moneda de 25 centavos”, relató Audrey el pasado 27 de julio a través de su cuenta en X (antes Twitter).
Actualmente, Audrey continúa su proceso de recuperación y monitoreo clínico en el Centro de Salud de la Universidad de Miami.
La mente como herramienta digital
El implante cerebral que lleva Audrey no pretende curar su parálisis, sino ofrecerle una nueva vía para interactuar con el mundo digital. Gracias a esta tecnología, es capaz de mover el cursor, seleccionar íconos y hasta crear dibujos en su computadora, utilizando únicamente su actividad cerebral.
“Este implante no me permitirá caminar ni moverme físicamente. Está diseñado estrictamente para telepatía tecnológica”, explicó, haciendo referencia al concepto de enviar pensamientos directamente a dispositivos externos.
Neuralink busca precisamente eso: crear un puente funcional entre el cerebro humano y las máquinas, ofreciendo una alternativa para personas con discapacidades motoras que desean recuperar el control sobre su entorno digital y, por extensión, sobre su vida.
Reacción de Elon Musk y proyección futura
La historia de Audrey no pasó desapercibida para Elon Musk, quien respondió a uno de sus tuits con un mensaje contundente:
“Ella controla su computadora con solo pensar. La mayoría de la gente no se da cuenta de que esto es posible”.
Aunque esta tecnología se encuentra aún en fase experimental y dentro de ensayos clínicos, el caso de Audrey marca un hito histórico en la neurociencia aplicada y abre una nueva ventana de posibilidades para miles de personas en condición de discapacidad alrededor del mundo.
Más allá de la medicina: una vía para la autonomía
Más allá del impacto médico, este avance representa un salto significativo en la calidad de vida y la autonomía personal. Para Audrey, poder utilizar una computadora no solo significa entretenimiento o comunicación: es una herramienta para expresarse, crear arte y reconectarse con el mundo.
Desde que recibió el implante, ha compartido en redes sociales algunos de los dibujos que ha logrado crear únicamente con su pensamiento. Estas imágenes, aunque sencillas, transmiten una profunda carga emocional y simbolizan un renacer de su creatividad.
¿Y en Costa Rica?
Aunque esta tecnología aún no está disponible en el país, la historia de Audrey ha generado esperanza entre pacientes, familiares y profesionales de la salud costarricenses, quienes siguen de cerca el desarrollo de esta innovadora solución tecnológica.
Este caso es una muestra de cómo la tecnología, aliada con la ciencia y la empatía, puede transformar vidas. La historia de Audrey no solo refleja el poder de la innovación, sino también el impacto humano que puede tener cuando se pone al servicio de quienes más lo necesitan.