Los exmiembros de la Junta Directiva del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR) no incurrieron en faltas al nombrar a Rosaysella Ulloa como gerente general de la institución, según un informe oficial emitido por la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF).

El pronunciamiento de la SUGEF se dio mediante el oficio SGF-1342-2025, fechado el 12 de junio y remitido al vicepresidente de la República, Stephan Brunner, quien lideró el proceso administrativo que derivó en la destitución de los siete directivos del BNCR el pasado 28 de mayo.

Sin embargo, según consta en el documento, la separación de la Junta Directiva se realizó antes de que se conociera el análisis legal de la Superintendencia sobre la actuación del órgano colegiado.

La superintendente Hazel Valverde indicó en el informe que “no se identificaron trasgresiones a la normativa prudencial en materia de gobierno corporativo, transparencia y objetividad, ni a los principios establecidos por la OCDE”. En consecuencia, la SUGEF procederá a archivar el expediente.

Además, la Superintendencia recordó que la Junta Directiva tiene amplia discrecionalidad para designar cargos de alta gerencia, ya sea mediante un nombramiento directo o a través de procesos competitivos, sean estos por invitación o abiertos.

Este dictamen reaviva el debate en torno a la destitución de los exdirectivos, quienes fueron separados de sus cargos en medio de cuestionamientos públicos, pero ahora quedan eximidos de responsabilidad según el ente regulador.

La situación ha generado cuestionamientos sobre la forma y el momento en que se adoptó la decisión de destitución, al haberse producido sin contar aún con el criterio técnico definitivo de la autoridad supervisora del sistema financiero.