La posible imposición de aranceles por parte del presidente estadounidense Donald Trump podría tener graves consecuencias económicas para los tres países. Según Oxford Economics, la economía de EE.UU. perdería 1,2 puntos porcentuales de crecimiento, mientras que México podría entrar en recesión.
Aranceles y tensiones comerciales
A poco más de una semana de su regreso a la Casa Blanca, Trump anunció su intención de imponer aranceles del 25% a los productos de Canadá y México a partir del 1 de febrero. Aunque estos países están protegidos por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el mandatario republicano ha puesto en duda su cumplimiento.
El magnate también advirtió que decidirá de un día para otro si exime del gravamen al petróleo de estos países y anunció un arancel del 10% a los productos chinos. Además, amenazó con imponer tarifas de hasta el 100% a los países del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) si evitan el uso del dólar en sus intercambios internacionales.
Impacto económico
El efecto de estos aranceles podría ser devastador, especialmente para México y Canadá. De acuerdo con Wendong Zhang, profesor de la Universidad de Cornell, en un escenario de guerra comercial, el PIB de Canadá podría contraerse un 3,6%, el de México un 2% y el de Estados Unidos un 0,3%.
«China también sufriría por la escalada de la guerra comercial, pero al mismo tiempo se beneficiaría de las tensiones entre EE.UU., México y Canadá», agregó Zhang.
Aranceles como herramienta política
Durante su campaña, Trump propuso gravámenes del 10% al 20% para todos los productos importados y hasta del 100% a los provenientes de China. Originalmente, estos impuestos buscaban compensar los recortes fiscales, pero ahora han evolucionado en una estrategia de presión para negociar concesiones con otros países.
Trump justificó los aranceles como una medida para presionar a sus vecinos a frenar el flujo de drogas y migrantes hacia EE.UU. Su candidato a secretario de Comercio, Howard Lutnick, los calificó como «un acto de política interna» y aseguró que «están diseñados para empujarlos a cerrar sus fronteras».
Reacciones en México y Canadá
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se mostró optimista: «No creemos que vaya a ocurrir, la verdad. Y si ocurre, también tenemos nuestro plan».
No obstante, el sector agrícola mexicano, que exporta el 80% de su producción a EE.UU., ha manifestado preocupación. «Cualquier medida que provoque un choque comercial es motivo de alarma», señaló Juan Cortina, presidente del Consejo Nacional Agropecuario de México.
En Canadá, la crisis política se ha agravado con la posibilidad de aranceles, contribuyendo a la dimisión del primer ministro Justin Trudeau. El ministro de Seguridad Pública, David McGuinty, viajó a Washington para delinear un plan de seguridad fronteriza con EE.UU.
Expectativas y negociaciones
Lutnick fue claro: «Si hacen lo correcto, no habrá aranceles». Esto recuerda la reciente disputa entre EE.UU. y Colombia, cuando Bogotá inicialmente rechazó el aterrizaje de aviones con migrantes expulsados. Trump amenazó con aranceles del 25% al 50%, lo que llevó a un acuerdo entre ambos gobiernos.
El 1 de febrero será clave para definir el rumbo de las relaciones comerciales entre EE.UU., México y Canadá. La incertidumbre reina en los mercados y sectores productivos, mientras se esperan decisiones que podrían desencadenar una nueva crisis económica en la región.